Bella Calamidades

Bella Calamidades
con Danna Garcia y Segundo Cernadas

Entrevista: Danna Garcia

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¿Cuál es la definición de la mujer hispana moderna para Danna García?

``Una mujer aguerrida, `guerrera' por su casa; hermana, hija, cabeza de familia, con valores; una mujer ejemplar, no solamente noble, [también] honesta'', afirma García, describiendo el papel que interpreta en su nueva telenovela, Un gancho al corazón. ``Es un personaje completamente puro''.

La trama de la novela gira sobre una boxeadora --por lo que de alguna manera evoca películas sobre el infatigable poder femenino aplicado a ese deporte, como Girlfight, con Michelle Rodríguez, y Million Dollar Baby, con Hilary Swank-- Valentina López, con un curioso apodo:``La monita''.

``Tanto `Valentina' como `La monita' son una metáfora'', acota García. ``La monita [se refiere a que] supuestamente desde que era una niña se subía a los árboles y se comportaba más como los niños que como las niñas: jugaba fútbol, se metía en todos los lados. [Los autores] le pusieron Valentina por valiente''.

Según la actriz colombiana --nació en Bogotá el 4 de febrero de 1978-- Valentina es un ``personaje particular'' que nunca había interpretado.

¿Qué tiene Danna García en común con esta heroína? ``El centro de mi vida es mi familia, igual que para Valentina''.

``Lucha para sacar adelante a la gente que ella quiere'', subraya.

Un gancho al corazón se grabó en México durante 11 meses y se presenta de lunes a viernes a las 7 p.m. por la cadena Univisión.

``Soy nómada desde hace muchos años'', asevera García, que lleva unos 12 años viviendo y trabajando en diferentes países. De hecho, tener que actuar en una telenovela en México, en su natal Colombia o en Miami, donde reside su familia, no es un obstáculo para esa ``unión familiar'' que ella considera la quinta esencia de su existencia.

Para la actriz ``el hogar'' no es un inmueble. ``Es donde está tu familia'', recalca. ``Ellos siempre están conmigo. Donde yo vaya, me visitan, me acompañan. Jamás he estado sola. Siempre he tenido su respaldo y apoyo. Aunque tengo una vida obviamente bastante `viajera' y más solitaria que la de una persona que tiene la estabilidad de una casa, han sido mi pilar''.

García es joven, bella, y su cielo azul de oportunidades de crecimiento artístico no tiene límites. Actriz prolífica, su creciente lista de créditos incluye Pasión de gavilanes (2003), Te voy a enseñar a querer (2004), Corazón partido (2005), La traición y Tiempo final (ambas del 2008), entre más de 15 producciones televisivas.

``Actúo desde que tengo cinco años, fui una actriz infantil'', precisa. ``No es una [carrera] que yo escogí, es algo que se dio en mi vida y me trae muchísimas satisfacciones. Compartía mis horarios de estudios con los horarios de trabajo''.

En la universidad, en Colombia y Miami, se especializó en Administración Empresarial y Comunicación Social. También estudió Artes Dramáticas en una de las academias de teatro más prestigiosas del mundo: el Actors Studio de Lee Strasberg en Nueva York.

``Tuve responsabilidades desde muy niña, siempre estuve rodeada de adultos, y tenía un horario que cumplir'', asevera. ``A diferencia de mis compañeras de la escuela, yo casi nunca pude ir a un paseo con mis amigas porque siempre estaba trabajando, pero mis padres hicieron el esfuerzo para que yo tuviera una vida normal: que fuera al cine, que compartiera con mis hermanos [una hermana mayor y un hermano menor]''.

Su madre es la reconocida cantante colombiana Claudia Osuna y su padre, Jaime García, un administrador de empresas. Lo que ellos nunca hicieron, asegura García, fue obligarla a ser actriz. Esa era su decisión, su vocación, una pasión innata.

Moderna y políglota, García habla español, inglés, francés y alemán. ``Nunca he dejado de estudiar, es muy importante aprender, ser una mujer activa'', afirma, y asegura ser una persona enfocada en la ``constancia''.
En una de sus próximas telenovelas que tiene programada grabar en Colombia interpreta al personaje titular, Lola Calamidades, un nombre que se puede interpretar, metafóricamente, como un contraste total con el de Valentina.

``Mi vida es un contraste'', asegura. ``Y ellas [Valentina y Lola] son dos extremos''. •
El Nuevo Herald

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